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El exministro de Salud admitió que no se pudo implementar el etiquetado frontal de alimentos por presiones de la industria

Adolfo Rubinstein, quien estuvo al frente de la cartera luego devenida en secretaría, destacó los logros que el sistema ya exhibe en Chile y Perú. Y dijo que en nuestro país el lobby empresarial puso "palos en la rueda" influyendo sobre la Secretaría de Comercio para que no se aprobara durante el gobierno de Cambiemos.

A veces nos cuesta a los argentinos darnos cuenta quién nos gobierna. Porque las autoridades son democráticamente elegidas o designadas según lo prevé la ley. Pero luego los que toman las decisiones parecen ser otros. Y siempre esos "otros" son los mismos.

Algo de eso pasó con el proyecto que venía llevando adelante el Ministerio y luego Secretaría de Salud de la Nación, en la persona de Adolfo Rubinstein, cuando impulsó la iniciativa para que se implementara el etiquetado frontal de alimentos con carácter obligatorio.

El sistema, que ya fue implementado en Perú y en Chile con excelentes resultados, y que también se activó en Uruguay y en una gran cantidad de países, es básicamente una manera de "reforzar el derecho a la información que tienen los usuarios y consumidores en general", según lo define el exfuncionario, que obliga a poner advertencias en los productos que tienen un exceso de nutrientes críticos como grasas, azúcares o sal. "Esos límites pueden ser debatidos, por supuesto, y hasta pueden ser implementados progresivamente, como se hizo en Chile. Pero lo importante es que el consumidor sepa", evaluó.

El sistema, que se ha implementado por ejemplo con octógonos negros (Chile) o con claves cromáticas (Ecuador), ha demostrado ser muy eficiente. Un caso muy concreto se dio en el país trasandino, donde el consumo de bebidas azucaradas bajo casi 25% con el etiquetado frontal de advertencia en alimentos, restricciones en publicidad y prohibición de venta en escuelas.

"Son medidas cruciales para detener el aumento de la epidemia de obesidad", señala el exfuncionario de Cambiemos, destacando que hoy en Argentina el 40% de los niños padece obesidad infantil.

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Adolfo Rubinstein. Ex ministro y secretario de Salud durante la gestión de Macri.

Adolfo Rubinstein. Ex ministro y secretario de Salud durante la gestión de Macri.


LO PRIVADO SOBRE LO COLECTIVO

Sin embargo en Argentina no se ha podido avanzar. Y eso sucedió porque hubo intereses muy fuertes en pugna que presionaron para que no sucediera. En ese marco llamó la atención la publicación que hizo en Twitter el exfuncionario, al señalar que en Argentina, no se pudo implementar "por los obstáculos de la industria alimentaria y su influencia sobre la Secretaría de Comercio". Una acusación lo suficientemente grave.

Adolfo Rubinstein on Twitter

"La evidencia científica es cada vez es mayor, y los sellos frontales realmente cambian las decisiones de compra de los consumidores", explicó Rubinstein en diálogo con MARCA INFORMATIVA.

-¿Pero entonces, si se pudo implementar en otros países de la región, por qué no en Argentina?

-Por las presiones de la industria. Muchas veces lo que te dicen es. "Ojo porque acá la industria alimentaria es muy importante". Y es cierto. Y entonces viene la secretaría de Comercio o de Producción y te dice lo mismo. Pero una cosa es esa y otra lo que nosotros podemos ver desde la salud pública. Y desde esa posición lo que me interesa obviamente es defender el derecho de los consumidores sobre los potenciales riesgos que hay.

-¿Y cómo actuó el sector industrial en esta discusión?

-La industria sabe que es algo que se viene. Pero si pueden pararlo un poco, lo hacen. Porque tienen intereses particulares que no son los intereses colectivos.

-El problema es que lo particular haya primados sobre lo colectivo...

-Yo creo que es un problema de la mirada que tiene el Ministerio de la Producción. Fijate lo que pasó ahora con Precios Cuidados, que incluyó la Coca Cola con azúcar. Se lo presentó como un gran logro, pero es un mensaje claro. Es un producto que es muy consumido en los quintiles socioeconómicos inferiores en ingreso. ¿Si querían poner un producto de referencia para contener los precios, por qué no pusieron la Coca Light?

LOBBY DE LA INDUSTRIA

En nuestro país, la industria alimentaria está congregada en torno a la COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios), presidida por Daniel Funes de Rioja. La COPAL no es otra cosa que la cámara que aglutina a todos los fabricantes de alimentos, y que ha tenido un rol muy objetable en este proceso, durante el cual se han centrado en el status quo de su sector, la negativa a implementar cualquier tipo de cambios, la voluntad por patear para adelante todo lo que se pudiera la discusión y a poner palos en la rueda en el avance de cuestiones que hacen a la salud pública.

Una de las maneras que eligió la COPAL para embarrar la cancha y demorar la implementación fue su planteo de que debía consensuarse un sistema único para todo el Mercosur. "Ése era uno de sus planteos, pero si te fijás, Uruguay ya lo implementó, Brasil está muy avanzado, y en Argentina decían que teníamos que consensuar", analizó Rubinstein, señalando que "evidentemente ese planteo tenía el único objetivo de hacer tiempo".

-¿Y en qué estado quedó el proyecto cuando usted se fue de la gestión de Cambiemos?

-Estábamos en conversaciones con la Secretaría de Comercio, siempre con muy buena predisposición.

-...predisposición, sí, pero no se pudo avanzar.

-Es que no tienen la misma visión que puedo tener yo. Y la industria metió palos en la rueda permanentemente.

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Para el extitular de Salud, es crucial que Argentina implemente el etiquetado frontal de alimento, como una de las formas de enfrentar la epidemia de obesidad.

Para el extitular de Salud, es crucial que Argentina implemente el etiquetado frontal de alimento, como una de las formas de enfrentar la epidemia de obesidad.

-¿Qué cree que va a pasar con esta gestión?

-Primero creo que hay que recuperar la agenda de salud publica porque es un tema muy importante. El Estado como regulador tiene que arbitrar las cosas de una manera que sin perder la mirada en el empleo y la producción, tampoco deje de proponer un camino a recorrer para que la industria se adapte. Quizás al principio poniendo límites más blandos, pero trazando un camino para que las fábricas vayan reformulando sus productos. Y creo que eso es lo que las asusta.

-Usted en Twitter también apuntó a la Secretaría de Comercio como responsable de que no se haya avanzado. ¿Lo sostiene?

-Sí, pero en realidad no es la persona o el funcionario. Puede ser Miguel Braun antes o Paula Españón ahora. Lo importante es que se entienda que es urgente resolver el tema más importante de salud en Argentina, que es la obesidad. Yo estoy convencido de que es un problema de una magnitud tan impresionante que va a afectar no solos la calidad y la expectativas de vida en el futuro, sino que también va a alterar el desarrollo económico del país.

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